Artículo del concejal de MC, José López, en el diario La Opinión (28/8/2013)

El diario La Opinión publica hoy (28/8/2013) un artículo del concejal de MC, José López, sobre la Plaza San Francisco, donde critica las acciones del Gobierno Local en el Casco Antiguo, y propone soluciones para recuperar el centro histórico.

San Francisco Square

Por José López, concejal de Movimiento Ciudadano

Créanme si les digo que es tristeza lo que siento al ver en brazos de quién nos hemos echado los cartageneros durante tantos años. El gobierno de la señora Barreiro nos anuncia a bombo y platillo que la remodelación de la Glorieta de San Francisco va a ser el revulsivo capaz de devolver la vida al centro histórico, y aunque no entraré a discutir el proyecto de remodelación, si desmontaré con argumentos los errores que en pocos meses se podrán extraer del ensayo de la glorieta.

Nos comentan que la intención de esta obras es “regenerar una zona degradada por el paso del tiempo”, a lo que podría añadirse que es fruto de los gobiernos de Pilar Barreiro,  “y convertirla en polo de atracción para turistas y vecinos”. Ante estas declaraciones de intereses, que es todo lo que son, me pregunto: ¿la atracción de turistas es porque piensan hacer de ella una obra de arte del estilo de la Fontana de Trevi o de Trafalgar Square? De este modo todo visitante que por aquí se asome no se perderá, al menos, la foto en la mundialmente conocida Glorieta de San Francisco y, por cierto, ¿de qué vecinos habla? Son ya muchas las medidas tendentes al mismo fin que se han revelado como insuficientes por sí solas, y es que la vida de una ciudad no la dan sus comercios, no las dan sus cines, sus bares y tascas y ni tan siquiera los monumentos, porque lo que da vida a una ciudad son los ciudadanos y a una calle sus vecinos, y de estos la Glorieta de San Francisco y todo el casco antiguo son deficitarios. El índice de habitabilidad del casco histórico es ínfimo, llegando algunas calles a menos del 10% de la población que en otro tiempo albergaba, de tal forma que el centro histórico no existe como núcleo poblacional, la mayoría de sus pisos están viejos y en muchos casos vacíos, con escasos vecinos, siendo éstos en su mayoría de estrato socioeconómico bajo. Esto no quiere decir que los cartageneros no quieran vivir en el centro, lo que quiere decir es que muchos pagarían por volver al casco histórico, si pudieran disfrutar de los mismos servicios  que en cualquier zona residencial del ensanche o del extrarradio de Cartagena. Claro que vemos cómo durante el día la ciudad está llena de cartageneros y foráneos, pero los segundos parten de ella con sus respectivos transatlánticos y los primeros cuando las oficinas, que ocupan antiguas residencias familiares, llegan a su hora de cierre.

Concentrar solares para que las dimensiones de las viviendas sean las deseadas por los futuros compradores, habilitar las excavaciones arqueológicas de los solares de una manera eficaz y eficiente por parte del Ayuntamiento, resarciendo a los propietarios con justicia y no con justiprecios, para que estos se atrevan a promover con la seguridad de que los aspectos colaterales de la construcción en zona arqueológica no provocará su ruina, arbitrando aparcamientos en elevación entre solares usando la mediación del Ayuntamiento, aunando fincas a modo de mini planes parciales para convertir solares de medio cuerpo en otros capaces de albergar casas del siglo XXI, en definitiva conjugando los intereses de propietarios, futuros vecinos y del municipio, es la receta con la que el centro histórico renacería, es más, si se llevara a cabo lo primero, serían los futuros vecinos quienes pedirán espacios públicos para realizar el diario de sus vidas, plazas donde pasear y donde pudieran jugar sus hijos, y comercios abiertos todos los días porque así lo requieren las necesidades del propio centro, no por decreto de alcaldía. Mientras tanto seguiremos viendo como Isidoro Máiquez, único vecino de esa plaza, mira y calla lo que pasa y lo que por desgracia deja de pasar por el teatro en el que los funanbulistas de la política han convertido nuestra ciudad, aunque él aguantará, como ha aguantado siempre Cartagena, además de porque es bronce.

2013-08-28 La Opinion0007

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