Con semejantes epítetos calificó una ciudadana al Sr. Ruiz Vivo durante el transcurso de la sesión plenaria que el Parlamento murciano realizó el pasado jueves 30 de octubre, hecho que sirvió para que desde las filas del PP se intentara desviar la atención del motivo por el cual un nutrido grupo de cartageneros pidieron acreditación para acudir a dicha sesión y que ni era ni es otro que el desmantelamiento y cierre del Rosell. No debe el Sr. Vivo, a pesar de su apellido, estar tan ídem como para quejarse amargamente de la utilización de lo que no son más que metáforas, porque poco le importaba a la ciudadana en cuestión el oficio de la madre del portavoz Popular, sobre todo cuando él y los miembros de su grupo parlamentario usan metáforas como la de traslado en vez de cierre, u optimización de los recursos en puesto de recortes brutales. La única diferencia entre una y otra metáfora es que la primera la grita una trabajadora del Rosell y ciudadana cartagenera, apoyada en las otras 17.000 voces que al parecer el Sr. Vivo no ha llegado aún a escuchar y por tanto es el grito desgarrado de quien ve que el desmantelamiento del Rosell es una auténtica injusticia, una sinrazón, un sin sentido, un insulto a la inteligencia de los cartageneros y un auténtico peligro para nuestras vidas y que sin entrar ni por un momento a calibrar cómo con su queja pone en peligro su puesto de trabajo, pues ya sabemos todos cómo se las gastan en el Servicio Murciano de Salud con quien abre la boca, si no es para chupar algo. Pregunten al Pediatra Cartagenero y empleado de la Arrixaca Joaquín Susmozas, al que el denunciar públicamente una carencia en su lugar de trabajo le ha costado la amonestación y un punto en su expediente, rozando casi el despido, pues se ve que al actual Director de la Arrixaca no se le han borrado los gajes de su oficio, que es el de militar y no el de director de empresa ni sanitario y le sale el guiño del “señor, si señor”, que tanto debe gustarle.
Usaba el Sr. Vivo el incidente para cargar contra el PSOE y contra Cari Rives por llevar a la asamblea a la ciudadana que emitió el insulto, yo en cambio la felicito si es que tienen la suerte de contar entre los afiliados de su partido a semejante mujer, pues la señora en cuestión se llama Ana, la conozco los pocos días que los sanitarios y trabajadores del Rosell llevan integrados en la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública y doy fe de su capacidad de trabajo, de su altruismo, de lo comprometido de su comportamiento, de su vergüenza y de su decencia, pues al margen de las formas que tanto importan a los que el fondo se lo pasan por el forro, son este tipo de personas de corazón y mirada limpios los que la política y el país necesitan, diciendo verdades que por duras que sean no son pecado y que como metáforas que son, este que aquí firma suscribe. Sr. Vivo, pretende usted matarnos con el maltrato sanitario al que intentan seguir sometiendo a los habitantes de la Comarca Natural del Campo de Cartagena y que al tiempo callemos, pues no, tenga usted un poco, si es que le queda, de vergüenza y vaya desde aquí un recuerdo a todas las madres que sin culpa alguna paren Vivos a ciertos Consejeros.
Postdata. Ana, si alguna vez quieres militar en un partido, para mí sería un orgullo que fuera en Movimiento Ciudadano.