Hoy nos vemos en la ingrata tarea, impuesta por la primera autoridad de la ciudad, de pedir en este Pleno la comparecencia en el mismo de la persona que lo preside y que dirige los designios de nuestra ciudad.
Como en otras ocasiones, y en contra de lo que su actual portavoz y único miembro de la famosa Quinta del Biberón que aún no ha sido destetado, no lo hacemos por capricho de la oposición ni por ganas de quitar a la Sra. Barreiro lo que ella estima que se ganó con las urnas, sino porque todos los cartageneros, los que ya la conocen y por tanto no la votan como los que inducidos a engaño con los trucos más que manidos que ustedes han aprendido para malversar la democracia, digo, todos los cartageneros tienen derecho a conocer, y la Señora Barreiro con sus calladas, sus medias verdades escenificadas con impostada y afligida voz les niega. Lo hace “haciendo pucheros”, que no es que lo haga cocinando, es un modismo como el “calla chicho”.
Ya sabemos que el Reglamento deja al criterio del alcalde su comparecencia, pero el mismo Reglamento y el de Funcionamiento de las Corporaciones Locales a nivel nacional, obligan a comparecer a quienes ostentan competencias por delegación, y es el Alcalde la primera persona que tiene la delegación ciudadana, transferida en forma de esos votos que tanto gusta de esgrimir la Sra. Barreiro, y por tanto la obligación moral de hacerlo.
No hacerlo y dar la callada por respuesta como hace usted, no es más que una muestra de que usted los votos no los utiliza para gobernar, lo hace para atrincherarse.
Da vergüenza ajena ver como toda una letrada, se inventa una nueva figura dentro del Derecho y proponga al Fiscal una… autoquerella; se lo voy a poner fácil, proponga usted diligencias de investigación que permitan esclarecer los hechos. Ya verán los cartageneros como eso no lo hará. Aunque podrá usted defenderse mejor que lo que me deja hacerlo a mí en el Pleno.
Créame si le digo que su honestidad y su decencia no me preocupan ya lo más mínimo, tengo un criterio formado sobre estos atributos o sobre la falta de los mismos en la clase política y así nos luce el pelo a los cartageneros, lo que me preocupa es que ese sillón que preside este Pleno y esta ciudad, este ocupado por personas tan mezquinas que no son capaces de explicar a los ciudadanos su actuación, ni aun cuando un ciudadano la acusa de estar envuelta en presuntos delitos.
Entiendo que después de creer que todo el monte es orégano durante tantos años, no tenga ninguna explicación para su acción de gobierno y se limite a dejarse ir y entregarse a Aquagest y otros similares, pero lo que me preocupa es que no las tenga a sus propios comportamientos.
Sra. Barreiro, que un empresario en sede judicial la acuse de esos delitos y que toda Cartagena sepa de sus comportamientos y actuaciones y por tanto no duden de la declaración de este empresario, solo pueden tener una respuesta, la inmediata querella.
Ya debió de hacerlo en su día si usted, como su íntimo amigo y exalcalde, entiende que mis declaraciones y denuncias mancillaban su honestidad y su decoro, porque no las hice en contra de Pilar Barreiro persona, las hice y las reitero, a la figura de Alcaldesa que usted ostenta y que por lealtad con los cartageneros debería haber defendido.
No es usted quien para NO DENUNCIAR, está obligada a hacerlo o a presentar su dimisión, pero como no lo hace, la oposición le pide que comparezca ante este Pleno y ante Cartagena y se someta al control de la oposición y al criterio de los cartageneros.
Usted puede negarse, seguro que lo hará, pero toda Cartagena sabe que lo hace por no perder su tan querido aforamiento. El aforamiento y el gobierno de su propio partido no deben servirle en el Supremo que es sin duda, donde usted terminará. Tenga esa promesa mía por realizada, si usted no lo remedia, tendré el gusto de gastar mi dinero en esa tarea que mi ciudad tanto necesita.
Por último y comprendiendo el miedo que usted suscita entre sus propias filas, en las mías desde luego no, pido a los miembros de su equipo que le insten a comparecer y a aclarar todo este escándalo, pues de no hacerlo quedarán marcados para siempre como simples comparsas de una alcaldesa que ni quiere ni defiende a Cartagena. Señorías del Grupo Popular, ustedes pueden y deben impeler a su jefa a que explique el sucedido porque ustedes tienen el poder de cesarla. Yo desde luego, no querría ser cómplice de su silencio. Muchas gracias.