Con gran regocijo el concejal del PP, Diego Ortega, ha manifestado esta semana que las cuentas de 2014 han sido aprobadas por el Ministerio, en una nueva muestra de la inquietante actuación de dicho partido y sus miembros, puesto que sus afirmaciones son muestra de un notable desconocimiento, de una desfachatez extrema o, probablemente, de la suma de ambas.
La aprobación de las cuentas, deben saber los ciudadanos y oculta el PP, no es más que la confirmación de que las sumas y las restas que han enviado a Madrid estaban bien hechas. Ni más ni menos que eso.
No incluyen estas cuentas los beneficiarios de los contratos públicos, como los que se investigan en la operación Púnica, las generosas subvenciones de El Batel, otras que se han pagado como tales cuando respondían a otros conceptos, o los firmados el día 12 de junio que beneficiaron a personas afines a la hoy diputada Montero.
En cualquier caso decirle al PP que septiembre acaba de empezar, que el mes es muy largo y les quedan pruebas mayores que pasar que un examen que ellos mismos se corrigen, y que para su tranquilidad ya hay alguna auditoría en marcha que este año sí ha detectado cuestiones que en años anteriores no se observaban, de las que tendrán prontas noticias.
Por otro lado, las afirmaciones del PP son una nueva muestra de su frustración y de su vocación de que las ciudades sirvan a las personas, pero únicamente a las personas afiliadas al PP y su red de clientelismo.
Y así, en un día en que se ha puesto de manifiesto que los Presupuesto Generales del Estado (PGE) son insolidarios e injustos con Cartagena, y que desde el gobierno luchamos para que el municipio reciba mayor inversión, los populares hacen cábalas sobre si el actual gobierno conseguirá hacer un presupuesto.
Desde el gobierno les aseguramos que haremos unos presupuestos que pasen los filtros de Hacienda, pero sobre todo que atiendan las necesidades de los cartageneros, las de todos, partiendo de los escasos medios que han dejado y la hipoteca que supone estar intervenidos hasta el año 2022 por la “buena gestión” de los últimos 20 años de gobierno. Esta lamentable situación económica es, parece ser, de lo que tanto presumen.