Esta mañana, el concejal del área de Cultura y Patrimonio, Ricardo Segado (MC), y la coordinadora municipal de Patrimonio, Mari Carmen Berrocal, han dado a conocer los detalles de la actividad denominada ‘En San Valentín enamórate del Museo’, que la Concejalía de Patrimonio ha organizado en el Museo Arqueológico Municipal y tendrá lugar mañana.
Según ha explicado Segado, la intención es “festejar otro tipo de amor además del romántico; el amor por nuestro Patrimonio Histórico y Arqueológico”. Para ello, se ofrece la posibilidad de incentivar este “sentimiento, cariño y respeto que hemos de tener los ciudadanos por los objetos que nos comunican con nuestro pasado histórico”.
De este modo, el Museo Arqueológico Municipal mostrará a los visitantes una pieza escogida de su colección permanente relacionada con el amor. Asimismo, se aprovechará para despedir la exposición temporal ‘Cueva Victoria. Out of Africa’, que finaliza al día siguiente.
Las visitas guiadas están programadas por la mañana a las 12:00 y a las 13:00 horas, mientras que por la tarde se realizará cada hora desde las 17:00 hasta las 20:00 horas. Para poder asistir hay que inscribirse directamente en la recepción del Museo o telefónicamente en el 968 12 89 67.
San Valentín, una fiesta con origen en la Antigua Roma
Ricardo Segado ha explicado que el día de San Valentín, al igual que otras muchas cosas de nuestra vida cotidiana, “tiene su origen en una festividad de la Antigua Roma, las Lupercales, fiesta de purificación colectiva para la preparación de la estación de fertilidad que se avecina, la primavera”.
En ella, los Lupercos, dos jóvenes ungidos por la sangre de los sacrificios, realizaban una carrera frenética alrededor del monte Palatino donde azotaban y fustigaban con sus Februa a todo aquel que encontrasen a su paso, sobre todo a las mujeres para que fuesen más fecundas.
Durante estas fiestas, las jóvenes introducían en una caja prendas de ropa femenina, que después los muchachos iban sacando para emparejarse con su dueña. Seguramente el clima general en esta festividad era de desenfreno y frenesí e iría acompañada de un banquete ritual regado con bastante vino.
Fueron tan destacados estos ritos que incluso marcaron el origen del nombre del mes de febrero, ya que su nombre podría provenir de las tiras de piel con las que daban azotes, denominadas Februa, de la deidad sabina Februo o bien del sobrenombre de la diosa Juno Februalis, ‘la que purifica’.
Presentación de las actividades de ‘En San Valentín enamórate del Museo’