Tras alertar MC sobre el vacío legal hace un año, ni prorrogan el contrato ni licitan el nuevo
Restan dos días para el comienzo de la Semana Santa y los presagios que ha venido avanzando MC Cartagena desde hace un año se han cumplido. En época de pandemia y con todas las administraciones volcadas en la reactivación social, el Gobierno local ha asestado un nuevo golpe a la economía de nuestro municipio ‘asegurándose’ que los chiringuitos no puedan operar durante el inminente periodo festivo y comprometiendo la actividad durante la época estival.
En términos económicos, la evidencia se vuelve palmaria e incontestable. La ineficacia, pasividad y negligencia de Noelia Arroyo y Castejón provocará unas pérdidas de casi 3.5 millones de euros, cuantía económica estimada que generaría la actividad en Semana Santa.
Por lo que se refiere a la generación de empleo, se estima que los 75 puntos habilitados en el litoral cartagenero demandan la contratación de 300 trabajadores.
Sin Semana Santa y quizá sin campaña de verano
En relación al sinsentido al que ha abocado la gestión municipal, cabe reseñar que en Semana Santa los residentes no podrán disfrutar de ese espacio de ocio pero comprueban cómo sí existió previsión y financiación para las pasarelas habilitadas en el Mar Menor, cuya utilidad y funcionalidad ha despertado el recelo social. Dinero para pasarelas inútiles; tibieza y desolación para nuestras playas.
Obviamente, el Ejecutivo local no podrá excusarse en el desconocimiento ni en la falta de información, pues han tenido en nuestra formación su principal alarma y agenda. Así, en marzo de 2020, MC, en el conjunto de iniciativas promovidas para hacer frente a los efectos negativos de la pandemia, abogaba por “arbitrar la fórmula legal para que las concesiones se mantengan un año más”.
Un año después, Arroyo y Castejón no han encontrado ocasión ni la oportunidad para licitar el contrato y garantizar la actividad en Semana Santa y verano, evidenciando lo que al Gobierno de Cartagena le preocupa la generación de riqueza y empleo que exige la crisis actual.
Pérdidas que se pueden multiplicar en pocos meses
Desde el punto de vista práctico, la indolencia institucional implicará que, en el mejor de los casos, si licitan el contrato serán necesarios al menos dos meses para hacerse efectiva la adjudicación del mismo y su posterior puesta en marcha. Por lo tanto, el verano asoma en el horizonte y los 3.5 millones de euros de Semana Santa pueden ser una anécdota en proporción a las pérdidas que se sufrirían en verano.
Éste es el cuadro que pintan sobre Cartagena Noelia Arroyo y Castejón. Empobrecimiento, paro y recesión. Estabilidad lo llamaron hace casi dos años.