MC volverá a ser, durante el próximo Pleno municipal, la voz que defiende a Cartagena y Comarca del maltrato continuo del Gobierno murciano, que no hace excepción alguna en su permanente castigo a esta tierra ni siquiera cuando se refiere a algo tan básico y sensible como la Sanidad.
En este caso, la formación cartagenerista promoverá que se exija al Gobierno regional a que todas las pruebas diagnósticas del Área II de Salud se realicen en dicha área sin tener que derivar a los pacientes a centros médicos privados del municipio de Murcia.
En este sentido, la edil María José Soler ha señalado que “el hecho de que se deriven pruebas rutinarias y de control, como las colonoscopias, a clínicas privadas de Murcia resulta algo inaceptable para MC, al suponer un obstáculo casi insalvable si se trata de personas mayores o con problemas de movilidad”.
“Por ello exigiremos que se garanticen los medios humanos y técnicos para poder llevar a cabo estas pruebas en el Área II y evitar así que los usuarios tengan que desplazarse a otras zonas de salud”, ha continuado explicando la concejal de MC.
Las mentiras de Villegas, el ‘consejero vacunado’
María José Soler ha recordado cómo en enero de 2018 el entonces consejero de Sanidad, Manuel Villegas, afirmaba que “el Centro Integral de Alta Resolución (CIAR) del Rosell agilizaría considerablemente la atención a los paciente y que dispondría de un área de diagnóstico y tratamiento de distintas especialidades médicas”.
“La realidad de los hechos desmiente a un consejero que se dio más prisa por vacunarse contra la Covid, a escondidas y por la puerta de atrás, que por asegurar una atención sanitaria justa para todos los habitantes de esta Región; tan ejemplar el PP siempre en todas sus actuaciones”, ha criticado Soler.
Por último, la concejal de MC ha finalizado anunciando que “también volveremos a reclamar que todos los grupos exijan al mal llamado Gobierno regional el cumplimiento de la Ley autonómica que obliga al pleno funcionamiento del Rosell como hospital general. Veremos si Arroyo no considera como un acto hostil que pidamos el cumplimiento de la Ley y se pone por una vez, aunque sea la excepción que confirme la regla, del lado de los cartageneros”.